Hola querido lector, me da pena pero debo compartirte algo, siento que de no hacerlo solo contribuyo a que se repita en otra persona y en verdad creo que no está bien...
En algún lugar de México.- El día de hoy (febrero 2018) alrededor de las 8 de la noche tenía mi motocicleta estacionada, el casco sobre un espejo, con las llaves en mi bolsillo, yo estaba de pie, en la calle, recargado en un costado de la moto, sin hacer absolutamente nada, pues esperaba a una persona, cuando de repente se me acerca una camioneta negra con un sujeto del sexo masculino de aproximadamente 35 años de edad, armado, vestía el uniforme característico de la policía estatal, sin embargo, no se identificó en ningún momento, simplemente detuvo su vehículo a media calle para increparme sobre mi identidad, a lo cual le respondí, con un tono muy amable "Buenas noches, soy prensa".
Por cierto, soy Licenciado en Ciencias de la Comunicación egresado de la Anahuac, estudié también Técnico en Informática en el Conalep y me aventé dos años de Broadcast Arts -Producción de Tele y Radio- en Vancouver, he tenido la inmensa fortuna de prestar mis servicios en Radio, Prensa y Televisión, además, en mis ratos libres, como tengo la confusa idea de que en México sí hay crisis, soy contratista, de hecho, la visita era para cobrar un trabajo terminado.
Como no le iba a recitar mi curriculum Vitae a este sujeto me limité a decirle "soy prensa", a lo cual me respondió "identifíquese", muy bien, le mostré mi credencial del Diario de Campeche, donde por cierto, tengo el privilegio de ejercer este noble oficio de contar los hechos y averiguar datos que es el periodismo, total que me dice "¿eres prensa? una prensa es una cosa", a lo cual le refuté "yo, SOY prensa, ¿usted ES policía o trabaja EN la policía?", su cara se transformó en una mueca y dijo: "a ver otra identificación" le pregunté por qué necesitaba ver otra y me respondió: "han habido muchos robos ", entonces yo con mucha amabilidad le dije "tengo muchas identificaciones, cual quieres, mi rey?" y le mostré como cinco, a lo cual me respondió en un tono despectivo "la del IFE", acto seguido se la proporcioné y me dijo que le diera otra que porque la dirección no era de la colonia, (supongo que ahora no puedes estar en la calle a menos que sea en tu colonia) OK, le mostré entonces mi licencia de conducir y le expresé mi desacuerdo por su forma de tratarme puesto que ya le había mostrado no una sino tres identificaciones, a lo cual respondió que mi obligación era respetarlo, ser amable con él y obedecerlo en todo lo que me pidiera sin cuestionar nada.
Aquí fue donde pensé que el tipo tal vez estaba tocado y yo tal vez estaba en problemas. Pero justo en ese preciso momento, llegó la persona que estaba esperando, se aproximó a nosotros y el honorable presunto oficial de policía me dijo "Vea como se hace", acto seguido le pidió a la persona que acababa de llegar su identificación, éste se la mostró y el uniformado me miró a los ojos, puso su cara frente a la mía y me dijo "¿Ya vio? ¡así se hace! ¿ya aprendió?", entonces lo miré a los ojos y le contesté muy despacito con mi voz de locutor, "Sí, estoy aprendiendo".
Inmediatamente la persona que acababa de llegar le informó al uniformado que efectivamente teníamos una cita, es decir, sin cruzar palabra conmigo corroboró tanto mi historia como mi identidad. Listo, hasta ahí llegamos, ¿no? no hay nada que perseguir, la "sospecha" sobre mi presencia ahí estaba aclarada y mi identidad comprobada por un tercero.
Pero no, el sujeto del uniforme no estaba satisfecho, su ego, al parecer había sido mancillado ¡y en público! pues repitió que yo "tenía que aprender a respetarlo ya que él también era un ser humano" (realizó la increíble transformación de victimario a víctima en 0.2 segundos), sin embargo, yo le hice notar que, en todo momento, mi tono de voz fue pausado y cordial, además, mis movimientos eran mínimos y mis manos permanecían juntas frente a mi.
"Ya te la buscaste"
Sin embargo, mi mirada (de franco desprecio por su prepotencia) no parecía complacer a este sujeto, porque me dijo "Ya te la buscaste, vamos a revisar toda la documentación de la moto" (la cual, sobra decirlo, está en perfecto orden), y aquí debo confesar que sí me enfade, sin embargo, con mucha amabilidad le respondí entonces que el vehículo automotor se encontraba apagado, estacionado y sin las llaves puestas por lo cual no tenía razón alguna para hacer tal solicitud, recordemos que él nunca me vio conducir ni me detuvo por ninguna infracción. Me respondió que si quería, podía quejarme al 911. Casi marco.
Pero para entonces, ya habían coches parados en ambos lados de la calle, pues este buen hombre, tuvo a bien dejar la presunta camioneta patrulla (como nunca se identificó, no puedo estar seguro si era o no miembro de la honorable fuerza policíaca) atravesada a media calle, una vez más, el sujeto del uniforme repitió que yo debía aprender como tratarlo, en ese momento, la persona con quien yo tenía la cita le hizo notar que estaba ocasionando un embotellamiento vehicular y le pidió amablemente que se retirara, fue entonces cuando este visiblemente incómodo uniformado pareció percatarse de que estaba siendo el centro de atención de al menos tres familias que salieron a ver que pasaba y de los varios vehículos que no podían pasar, acto seguido se subió a la camioneta y se retiró no sin antes desearme lo mejor, por lo que, con mucha cordialidad, hice lo mismo.
Hasta donde yo se, (aunque con base en los hechos recientes parece haber una confusión), la República mexicana es una nación de gente libre, a quienes la Constitución les garantiza el derecho de libre tránsito, es decir, un ciudadano puede andar y estar en la calle siempre y cuando no moleste a nadie sin que ninguna figura de autoridad lo moleste ni a él ni a sus pertenencias, a menos que dicha figura de autoridad se encuentre investigando un delito/crimen, como por ejemplo, si acaban de robar la tienda de la esquina o si acaba de aparecer un cuerpo sin vida, entonces es normal que detengan y registren a quienes se encuentran alrededor, habría una "causa probable", una "sospecha fundada", es decir, algo que le diera validez a tal atropello, de lo contrario, ningún ciudadano debe ser violentado en el ejercicio de un derecho tan básico como lo es el estar en la calle sin molestar a nadie.
Olvidé mencionar que en un momento de la amena charla que sostuvimos, cuando le pregunté ¿usted ES policía o trabaja EN la policía?", el uniformado me dijo, "Yo, soy un servidor público"... y eso trajo a mi memoria cuando hice el Servicio Militar, donde aprendí dos cosas, la primera fue a respetar la Constitución y sus bondades, logré ver, a través de los ojos del Capitán de la Compañía donde tuve el honor de servir, el Capitán Ortega, que "servir a México", es una vocación, ser un servidor público es trabajar por y para la gente, la segunda es que para funcionar en ese ambiente hay que aceptar la idea de que hay seres humanos que son "superiores" a uno, mientras que que otros son "inferiores", de lo contrario nunca vas a sobresalir en ese medio, hay que cuadrarse, hay jerarquías, la cadena de mando es sagrada, etcétera, pero en la vida civil, todos somos iguales.
En más de una ocasión, he visto como detienen a los albañiles que trabajan conmigo por el simple hecho de transitar por la calle ya sea a pie, en bicicleta o en automóvil y los tratan como peligrosos delincuentes. Todos merecemos un trato con respeto, no como delincuentes, puesto que según reza uno de nuestros principios constitucionales, la presunción de inocencia es básica, "inocente a menos que se demuestre lo contrario y un juez dicte sentencia", no lo estoy inventando.
Si viviéramos en una dictadura militar pues OK, ni modos, cuádrate e identifícate cuando te lo ordenen, pero esto es México, aquí los ciudadanos se supone son libres, de hecho, nuestra Carta Magna es tan noble en sus ideales, que prohíbe la esclavitud y rechaza los títulos de nobleza, todos somos iguales, si entra al país una persona que en su nación de origen era esclavo, es decir, propiedad de alguien, por el sólo hecho de pisar el territorio nacional ya es libre, así de grande es México y sujetos tan pequeñitos como el de nuestra breve historia pretenden ignorar su magnificencia y pisotear los principios básicos que hacen de la nuestra una nación tan generosa.
Éste, es un pueblo de gente libre, más aún, es un pueblo de gente trabajadora, amable, cordial, honesta, no un pueblo de bandidos, el argumento "han habido muchos robos, por eso tengo derecho a registrarte a voluntad y me paso la Constitución por el arco del triunfo" es igual de pueril que afirmar "como han habido muchos asesinatos de civiles por parte del ejército y las policías, luego entonces todos han de ser asesinos". Hay miles que tienen buenas intenciones, verdadera vocación de servicio, mexicanos leales a la patria, hombres y mujeres que dejan la vida por servir.
Pero así como hay estos auténticos héroes, para ser más precisos y ya que entramos en el tema de la seguridad, debo aclarar que en más de 20 años que tengo en ésta hermosa ciudad, me han asaltado tres veces, todas y cada una fueron uniformados que abusaron del hecho de que portan armas de fuego, pues aun sin apuntar, amedrentan, es un juego psicológico, representan y traen consigo "a toda la fuerza del Estado", me han tratado de asaltar muchas veces más y siempre han sido los uniformados, desde pedir mordida por infracciones ficticias hasta por hacer mi propia mudanza, le agradezco al del día de hoy porque en ningún momento noté que anduviera buscando dinero, lo que buscaba, como lo dijo muy claro era "respeto", pero yo jamás se lo falté, me quedó la impresión de que lo que buscaba era obediencia del tipo militar y cuando me decía "¿ya aprendió?" pensé, "en efecto, debo aprender algo" y me aprendí sus datos.
Aparte de estar resguardada en un documento que sería publicado solo en el improbable caso de que sucediera "un accidente", su identidad permanecerá anónima "ad eternum" pues recuerdo que cuando tomé clases de ética alguien argumentaba que no se debe perjudicar a terceros bajo ninguna circunstancia y además estoy seguro de que contribuir al escarnio público así sea de un ser pequeñito, es mal karma.
Soy consciente de mi buena fortuna
Estoy aquí, escribiendo esto por pura suerte, no porque no estuviera haciendo nada ilegal, fue una suerte que saliera la gente y que se asomaran los curiosos, en verdad os digo, hermanos, que es la unión la que hace la fuerza, pues se trataba de un hombre armado, con entrenamiento militar y haciéndose al ofendido, yo no se qué traía esta persona, tal vez solo quería escuchar el clásico ¡Señor, Sí, Señor!, después de todo, debe ser muy duro salir a la calle todos los días sabiendo que la gente ve tu ropa y piensa que eres un bandido y que además de todo, en realidad tiene razones documentadas para hacerlo.
JLGO ¿Consideras que el texto anterior es una obra de ficción o se trata de una anécdota?
Monday, May 21, 2018
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