Me llama la atención la reacción de un ciudadano de otro país (que no ha "normalizado" la barbarie como nosotros) cuando escucha las atrocidades que en México son cotidianas. Lo que vive nuestra sociedad no es normal, pero nos hemos acostumbrado.
Somos muchos y eso nos permite pensar como miembros de una gran manada confiando en que cuando el lobo se acerque lo más probable es que se comerá a otro y nos dará tiempo de correr, no tenemos intención alguna de acabar con el lobo, aceptamos su existencia y su régimen alimenticio. No lo vemos como un problema que podemos solucionar. Creemos que con el tiempo tal vez llegará un lobo que no nos quiera comer, un lobo vegano...
Argumentan que se destina a las mega obras y a los apoyos, las famosas becas del bienestar pero está documentado que es el esquema perfecto para robar, entre el dinero que simplemente no entregan a beneficiarios reales y el dinero destinado a beneficiarios inexistentes este es el esquema perfecto para saquear el presupuesto federal a manos llenas, además de las faraónicas obras de 4ta con exhorbitantes precios de 1ra.
El gobierno federal opera como una compañía teatral. Un verdadero circo de tres pistas. En un acto de magia han destruido la incipiente democracia mexicana que dábamos por sentada. En un abrir y cerrar de ojos regresamos al autoritarismo de los 70s bajo el pseudónimo de "humanismo" pero con "autoridades" que no se hacen responsables de nada.
Y van por el expediente digital, nuestros datos biométricos resguardados en sus impolutas e incorruptibles manitas... ¿qué podría malir sal?
Todo bien, todo bien. No pasa nada. Recuerdo que vivimos en el país de "no pasa nada". Pero sí pasa, porque el problema real no es que no exista la rendición de cuentas ni que sus actos no tengan consecuencias, sino que tras dividir a las ovejas los lobos ya no se van a ir a ningún lado, no por las buenas.
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