- Me impresiona ver cómo hay personas con preparación académica que siguen creyendo que hay políticos benevolentes.
En el caso particular de los amlovers creo que la fe ciega (que su líder les exige, con todas sus letras) obedece a un sentido de pertenencia que antes no tenían.
Aprovechando un plenamente justificado resentimiento por falta de oportunidades, el mitómano engaña a los soñadores con el falso discurso de la justicia social, de la reparación de 80 años de mal gobierno, de una supuesta lucha contra la "mafia del poder" ahora representada en su persona.
En el país de los ciegos, al tuerto le sacan los ojos
Es un horror estar con lo peor. No defiendo a los gobiernos anteriores porque defender lo indefendible no tiene sentido, si hubieran hecho bien su trabajo el peje nunca hubiera podido engañar a tanta gente.
Señalar las atrocidades del actual gobierno es un acto de libertad de expresión y un deber cívico, sin embargo, cada que lo hago me enfrento a amigos y no amigos, familiares y perfectos desconocidos que repiten lo que escucharon y argumentan con insultos como si éstos pudieran sustituir las razones, se enfurecen como si alguien tratara de hacerles daño al señalar lo obvio.
Esto es gracias al discurso de polarización orquestado desde la máxima tribuna de la nación, desde donde debería de surgir un discurso de unificación, de empatía, de "todos somos mexicanos", no de odio.
El peje no necesita que lo anden "defendiendo" porque mis palabras no hacen daño, pero sus políticas sí y los hechos hablan más fuerte que las palabras, además, el tiempo no miente. Ya veremos a quien le asiste la razón y quien vive en un mundo de fantasías. Si tan solo pudiéramos ver en qué condiciones viven los pueblos socialistas... si tan solo existieran Cuba y Venezuela, espera, ¡sí existen!
Y no veo a nadie emigrando hacia esos paraísos.
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