El mayor problema que enfrenta nuestra sociedad no es la apatÃa de la ciudadanÃa ni la criminalidad, el mayor problema es que como grupo social estamos compuestos por una bola de babosos, a continuación me permito elaborar al respecto.
Personas pequeñitas que ante la primera diferencia de opinión lanzan insultos en lugar de argumentos y pretenden con el berrinche verbal poseer la verdad absoluta, incapaces de sostener un diálogo, menos un debate, jamás interesados por participar en un intercambio de ideas donde las opiniones externas puedan ser ponderadas para elaborar en base a la lógica y el sentido común nuevos constructos mentales, no solo para rechazarlos por no alinearse a nuestras creencias preestablecidas.
¿Y cómo es que podemos tener niños adultos o adultos infantilizados (babosos)?
Muy fácil, tenemos más de 1000 canales de televisión, incontables servicios de streaming llenos de fantasÃa, información y desinformación presentada por igual, partidos de jugadores profesionales y aquà me permito hacer hincapié en un detalle: ¿en qué momento un juego se volvió algo profesional?
Los juegos son para los niños y que los adultos sigan con fanatismo a un equipo deportivo los infantiliza.
Y todos estos adultos infantilizados se encuentran entretenidos llenando su cerebro con fantasÃas y desinformación mientras los gobiernos del mundo (que no son otra cosa más que grupos empresariales) hacen y deshacen a voluntad arrancando libertades individuales en aras de la seguridad.
Tenemos en pleno Siglo 21 múltiples dictaduras donde la calidad de vida de los ciudadanos es menor a la calidad de vida de los paÃses democráticos y sin embargo y a pesar de los millones de asesinatos derivados de la ideologÃa marxista aún hoy hay millones de jóvenes confundidos que la apoyan ciegamente gracias al adoctrinamiento de los medios de comunicación que bajo el eufemismo de entretenimiento propagan tales ideologÃas.
Y hay más y se pone peor. Hoy en dÃa se pretende sexualizar a los niños bajo el argumento tramposo de los derechos de las infancias y se manejan términos ridÃculos como infancias trans que no es otra cosa más que defender la pedofilia bajo el argumento de la diversidad sexual puesto que los niños no deben jamás ser objeto de ningún tipo de sexualización, hay una muy buena razón por la cual no pueden tatuarse, votar, comprar alcohol o tabaco ni pornografÃa y esa razón es la misma por la que no pueden alistarse en el ejército: aún no son responsables de sus actos puesto que todavÃa no tienen criterio, son humanos en formación.
Acabamos de atravesar uno de los más grandes experimentos sociales y a la vez el mayor reacomodo de riqueza del que tengamos memoria desde la Segunda Guerra Mundial, la pandemia cambió la manera de vivir de prácticamente todo el planeta y sus resultados son aún impredecibles, el daño que le causamos a los niños en sus años de formación es incalculable y no hablemos del daño emocional en la población adulta ante un escenario apocalÃptico. Poco a poco comienza a surgir y a salir a la luz información sobre los intereses de las grandes farmacéuticas que desde antes de la pandemia experimentaban ya con el virus y sus vacunas, la teorÃa de que el virus se escapó de un laboratorio chino cobra fuerza sin embargo también lo hace la teorÃa de que las grandes farmacéuticas son peores que el mismÃsimo satanás, capaces de todo, ejemplos sobran. Una rápida lectura o mejor aún una minuciosa lectura de la información disponible al respecto resulta estar a la par con las más fantasiosas novelas que el hombre ha escrito.
Y mientras más fuertes se hacen las corporaciones multinacionales y los gobiernos que las habilitan más pequeños se vuelven los individuos. Vivimos una era privilegiada y sin embargo la inteligencia humana y la calidad de vida de la enorme mayorÃa va decayendo y ha decrecido en las últimas décadas asà como también la expectativa de vida. Toda una paradoja en los tiempos de las maravillas tecnológicas que antes eran mera ciencia ficción y hoy son parte de nuestra cotidianidad. La incongruencia absoluta.
Pero usted tranquilo si llegó hasta este párrafo despreocúpese, prenda la TV, tome su teléfono, revise sus redes sociales y evádace como mejor le parezca, drogas alcohol, sexo, lo que guste, pero no olvide que quienes pretenden activamente controlar el planeta no pierden el tiempo.
Le hablaré ahora con la familiaridad con la que se le habla a un amigo y le dejo mi humilde conclusión.
Haz ejercicio, come sano, mantén tu mente alerta, trabaja en tus traumas (todo ser humano los tiene) para superarlos y poder tener un dominio de tus emociones, solo asà podrás ser un mejor miembro de la sociedad y contribuir al desarrollo de la misma y no a su deterioro. No seas un baboso más.