Thursday, May 1, 2025

Pobre vs. Rico: La guerra mental impuesta por la propaganda


Introducción

La igualdad es un ideal seductor, una promesa de justicia que ha inspirado movimientos políticos por siglos. Sin embargo, cuando se convierte en bandera de agendas ideológicas —especialmente bajo el marxismo disfrazado de humanismo—, sus efectos tangibles suelen ser contrarios a lo esperado: no solo fracasa en eliminar las diferencias económicas, sino que cultiva el resentimiento hacia la prosperidad ajena. Este ensayo explora cómo la retórica de la lucha de clases, lejos de empoderar a los más vulnerables, perpetúa ciclos de dependencia estatal, fractura social y violencia.

La pobreza: ¿Causalidad o consecuencia?

Numerosos estudios demuestran que la pobreza guarda una correlación directa con dos factores críticos: la preparación académica y la estabilidad familiar. A menor educación, menores oportunidades; a menor cohesión del núcleo familiar, mayor probabilidad de exclusión económica. Sin embargo, el discurso marxista simplifica esta ecuación compleja, reduciéndola a una narrativa simplista: los ricos son opresores y los pobres, víctimas. Idealiza a los 'desfavorecidos' como meros receptáculos de injusticia mientras que los "privilegiados" encarnan el papel de villanos. Esta visión ignora que la movilidad social requiere responsabilidad individual y meritocracia, no solo redistribución coercitiva.

El Estado benefactor: Un círculo vicioso

Países con economías intervenidas —incluso aquellas disfrazadas de "libre mercado", como Estados Unidos— ilustran los riesgos de subordinar la autonomía ciudadana al paternalismo estatal. Bajo la excusa de proteger a los "grupos vulnerables", se implementan subsidios condicionados que, paradójicamente, incentivan la dependencia y premian conductas disfuncionales. Por ejemplo:

En EE.UU., los hogares monoparentales reciben mayores ayudas económicas que los intactos, creando un perverso incentivo para la ruptura familiar.

Estos apoyos, lejos de ser un trampolín hacia la independencia, se convierten en un fin en sí mismos, asegurando lealtad electoral a cambio de dádivas.

El resultado es una generación de niños criados en entornos fracturados, con mayores índices de abandono, bajo rendimiento académico y predisposición a la delincuencia.

El costo oculto: Violencia y caos social

La estadística no miente: en las sociedades donde el Estado asume el rol de proveedor omnipotente, la criminalidad aumenta. Cuando se enseña a una población que su pobreza es culpa de "los privilegiados", se siembra la semilla de la envidia y la justificación de la violencia. Los saqueos "contra el sistema", las demandas por reparaciones históricas o la demonización del éxito ajeno no son actos espontáneos; son frutos de una narrativa que glorifica el resentimiento como virtud política.

Conclusión

La igualdad forzada no solo es una quimera; es un arma de control social. El marxismo cultural, disfrazado de justicia, ha logrado lo que ninguna tiranía clásica pudo: convencer a las masas de que su libertad debe intercambiarse por seguridad ficticia. La verdadera emancipación comienza con familias sólidas, educación rigurosa y oportunidades genuinas —no con cheques del gobierno ni discursos de victimización—. Mientras no entendamos esto, la guerra entre "pobres y ricos" seguirá siendo un teatro útil para quienes buscan poder, nunca prosperidad.

Wednesday, April 30, 2025

¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde llegará nuestra apatía?

Me llama la atención la reacción de un ciudadano de otro país (que no ha "normalizado" la barbarie como nosotros) cuando escucha las atrocidades que en México son cotidianas. Lo que vive nuestra sociedad no es normal, pero nos hemos acostumbrado.


Somos muchos y eso nos permite pensar como miembros de una gran manada confiando en que cuando el lobo se acerque lo más probable es que se comerá a otro y nos dará tiempo de correr, no tenemos intención alguna de acabar con el lobo, aceptamos su existencia y su régimen alimenticio. No lo vemos como un problema que podemos solucionar. Creemos que con el tiempo tal vez llegará un lobo que no nos quiera comer, un lobo vegano...


Pero la manada de lobos, perdón, el grupo criminal que ha convertido al gobierno (en todos sus niveles) en una auténtica caricatura tiene un hambre insaciable y solo dejará a su paso muerte, destrucción, deuda, pobreza, enfermedad, como jinete del Apocalipsis. Ya se ve el impacto social, hace años no hay medicinas, ni paracetamol, lo básico. ¿A dónde se va el dinero? ¿Qué hacen con el presupuesto?

Argumentan que se destina a las mega obras y a los apoyos, las famosas becas del bienestar pero está documentado que es el esquema perfecto para robar, entre el dinero que simplemente no entregan a beneficiarios reales y el dinero destinado a beneficiarios inexistentes este es el esquema perfecto para saquear el presupuesto federal a manos llenas, además de las faraónicas obras de 4ta con exhorbitantes precios de 1ra.

El gobierno federal opera como una compañía teatral. Un verdadero circo de tres pistas. En un acto de magia han destruido la incipiente democracia mexicana que dábamos por sentada. En un abrir y cerrar de ojos regresamos al autoritarismo de los 70s bajo el pseudónimo de "humanismo" pero con "autoridades" que no se hacen responsables de nada.

Y van por el expediente digital, nuestros datos biométricos resguardados en sus impolutas e incorruptibles manitas... ¿qué podría malir sal?

Todo bien, todo bien. No pasa nada. Recuerdo que vivimos en el país de "no pasa nada". Pero sí pasa, porque el problema real no es que no exista la rendición de cuentas ni que sus actos no tengan consecuencias, sino que tras dividir a las ovejas los lobos ya no se van a ir a ningún lado, no por las buenas.  

Monday, February 17, 2025

NARCO en la Ciudad de México: La Violencia que no Para de Crecer

Ola de Violencia en la Ciudad de México: Lo que Realmente Está Pasando

 

NARCO 

 Sin embargo, este ataque no es un hecho aislado. A lo largo de febrero, se han registrado otras ejecuciones en diferentes puntos de la ciudad, lo que indica una escalada de violencia que está afectando tanto a zonas periféricas como al centro de la capital.

En las últimas semanas, la Ciudad de México ha sido testigo de una escalada alarmante en la violencia, con ejecuciones masivas, conflictos entre grupos criminales y la expansión de los cárteles en áreas donde antes no se veía. En este artículo, analizamos lo que está sucediendo, los grupos involucrados y cómo el gobierno está respondiendo.
 

Ejecuciones en Tláhuac: El Comienzo de una Ola de Violencia

El 10 de febrero, San Miguel Misquic, una localidad en Tláhuac, fue escenario de un ataque armado en el que cinco personas, tres hombres y dos mujeres, fueron ejecutadas con rifles de alto poder. Las víctimas regresaban de un carnaval en San Francisco Tlaltenco cuando un vehículo blanco se detuvo, y tres hombres armados las atacaron directamente. Según las autoridades, este crimen podría estar relacionado con una división interna dentro de un mismo grupo criminal.

Grupos Criminales en Guerra por el Control

Los responsables de estos crímenes son grupos criminales que luchan por el control de actividades ilícitas en varias zonas de la Ciudad de México, como Tláhuac, Xochimilco, Iztapalapa y Chalco. Entre los principales actores se encuentran La Familia Michoacana, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Estos grupos están en una constante lucha por dominar el narcotráfico, las extorsiones y otras actividades criminales.

Desde hace más de tres años, los enfrentamientos entre estos cárteles han provocado una serie de secuestros, asesinatos y desapariciones, marcando un ciclo de violencia constante en varias alcaldías de la ciudad. Lo más preocupante es que, aunque la guerra por el control es conocida, no parece haber un fin cercano.

La Violencia Toca las Puertas de las Zonas Exclusivas

Lo más alarmante es que la violencia ya no se limita a las periferias de la ciudad. En febrero, un traficante de drogas neerlandés, vinculado al cártel de El Mayo Zambada, fue emboscado y asesinado en un estacionamiento en la exclusiva Zona Esmeralda, una de las áreas más seguras y tranquilas de la capital. Este asesinato es solo uno de muchos que evidencian cómo la violencia se está extendiendo hacia zonas donde antes los cárteles no tenían presencia.

Este cambio en el patrón de violencia demuestra que ya no existe un "límite" para los grupos criminales. Las colonias más exclusivas y antes consideradas seguras también están siendo víctimas de este creciente conflicto, lo que subraya la magnitud del problema.

El Gobierno y sus Contradicciones: ¿Realmente ha Disminuido la Criminalidad?

A pesar de la creciente violencia, las autoridades capitalinas aseguran que los índices de criminalidad han disminuido. Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, afirmó que los homicidios se redujeron en un 51%. Sin embargo, las cifras oficiales del INEGI cuentan una historia diferente: entre 2019 y 2022, más del 35% de las muertes fueron reclasificadas como de "intención no determinada", lo que significa que más de 6,000 muertes no fueron contabilizadas como homicidios.

Este desfase entre lo que afirman las autoridades y lo que realmente está ocurriendo en las calles es desconcertante. A pesar de los informes oficiales, la ola de ejecuciones y crímenes continúa sin control, lo que plantea serias dudas sobre la efectividad de las políticas de seguridad pública.

La Realidad: Los Cárteles están Actuando Abiertamente en la Ciudad

Aunque el gobierno mexicano ha repetido una y otra vez que no existen grandes cárteles operando en la Ciudad de México, la evidencia es clara: los cárteles de La Familia Michoacana, El Cártel de Sinaloa y El Cártel Jalisco Nueva Generación están muy activos en la capital. La creciente ola de violencia, las ejecuciones masivas y los enfrentamientos entre grupos criminales en diferentes puntos de la ciudad demuestran que estos cárteles están ganando terreno rápidamente.

El hecho de que la violencia ya no se limite a las periferias y haya llegado incluso a zonas que antes parecían seguras es un claro indicio de que los cárteles están expandiendo su influencia en todos los rincones de la ciudad.

Conclusión: La Ciudad de México en Crisis

La violencia en la Ciudad de México no parece tener un freno. Aunque el gobierno insiste en que los índices de criminalidad están en descenso, la realidad en las calles es completamente diferente. La guerra entre cárteles de drogas, la creciente presencia de grupos criminales en áreas previamente consideradas seguras y las contradicciones del gobierno solo agravan la situación.

Es evidente que el conflicto no solo está afectando a las periferias, sino que está cambiando la dinámica de seguridad en toda la ciudad. La pregunta es: ¿qué está haciendo el gobierno para frenar esta crisis y proteger a los ciudadanos de una violencia que cada vez está más cerca de todos?

¿Qué opinas tú de la situación? ¿Cómo crees que debería abordarse este problema? Comparte tu opinión en los comentarios y no olvides suscribirte para más actualizaciones sobre este y otros temas.

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