- No hay mucho que decir, cuando el paracaídas no abre y el valiente que saltó sigue tomándose selfies...
En caída libre, así vamos, la realidad es más necia que el cándido discurso oficial de "vamos bien", ahora, con los "apagones programados" sí hay afectaciones palpables para el "puevlo vueno y savio". Pero, como reza el refrán, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Lo que hoy vivimos es producto de una mala administración de los recursos. Mala administración pasada y presente, no nos engañemos. El gerente que administra el changarro llamado México "la está regando" a todas luces, bueno, a todas obscuridades.
Y aún así, gracias a la interminable retórica y la falta de capacidad de análisis por parte de los receptores del discurso oficial que no va acorde con la realidad, los candidatos de la tranza disfrazada de esperanza siguen engañando con el discurso de "yo me sacrifico por ustedes querido pueblo, porque soy un mártir, incansable luchador social", pero la traducción real es que nunca en su vida han trabajado en la iniciativa privada, siempre han vivido de nuestros impuestos, son como niños en ese sentido, no tienen idea real de lo que cuesta ganar dinero honestamente.
Tenemos múltiples ejemplos, desde la-ida hasta barbosa. Pura joya.
Sucede que las palabras tienen sentido y es importante cuidar el idioma (el que sea) pues en ese idioma es que estructuramos nuestros pensamientos, cuando el lenguaje cambia todo cambia. Si decimos 24 horas al día "vamos bien" pues "vamos bien". Pero, la economía dice precisamente lo contrario, es necia, quizá también es "neoliberal-conservadora y le quitaron sus privilegios fifís", se trata de utilizar el idioma arbitrariamente para crear confusión, es como decir que algo es al mismo tiempo seco y mojado, es absurdo, al igual que el discurso oficial, es incongruente.
Y los aplaudidores aplaudirán, los ladrones robarán y el puevlo vueno... se ch*ng*rá.
¿Cuándo vamos a abrir lo ojos? Cuando se vaya la luz. Bueno, la ironía es implacable.