El día de hoy México atestiguó lo que hace décadas no veía, un presidente al borde del llanto... "no es real, pero se exagera", diría la tartamuda Vilchis en la aberrante sección de la marranera "quien es quien en las mentiras", circo dirigido por el ahora autoproclamado Payaso Lastimita.
No me debo expresar así del primer mandatario, pero la ocasión lo amerita, al verse superada SU ficción por la realidad, recurre al histrionismo en un intento desesperado por causar lástima.
Y es que el claro conflicto de intereses en el "HoustonGate" que pone en evidencia su innegable corrupción es, al parecer, tan solo la punta del iceberg. El ratón cuatrero tiene mucha cola que le pisen, por eso casi llora "por sus hijos". Pero no llora por los niños que mueren por falta de medicinas oncológicas, que son directamente su responsabilidad.
El reportaje de la nada austera #CasaGris señala que uno de sus hijos (José Ramón) vive en una lujosa residencia en Houston propiedad de Baker Hughes, empresa contratista de Pemex, para desmentirlo, el mismo peje declaró al respecto que su nuera (Carolyn Adams) "al parecer tiene dinero" y por eso su hijo vive así.
Y la buena vida de su familia está muy bien, pero miles de mexicanos mueren por falta de infraestructura e insumos hospitalarios todos los días, gracias a la austeridad impuesta por su administración, entonces contrario a lo que pregona sí puede haber pueblo pobre con gobernantes ricos, no olvidemos que si de mansiones se trata él vive en el Palacio Virreinal de Hernán Cortés.
Sin embargo, en política nada es casualidad y la manera de manejar esta situación pareciera la más tonta, por decirlo bonito.
Primero el peje arremetió contra el periodista que lo exhibió, incluso violó la ley al publicar los presuntos ingresos de éste, después hizo que los gobernadores de su partido publicaran un texto en su apoyo, texto lleno de falsedades desfachatadas, como que gracias a su gobierno cada enfermo de coronavirus ha tenido una cama de hospital (cuando todos sabemos que eso no es ni remotamente cierto) y otra sarta de mentiras de ese calibre.
Luego, tras dos semanas de la publicación ahora el propio hijo involucrado presenta un texto en el cual declara ser abogado y trabajar como asesor legal de KEI Partners (firma de bienes raíces) en el vecino país... pero resulta que según los registros de la Barra de Abogados estadounidense no está certificado como abogado allá, por ende no podría ejercer como asesor legal en Texas y para acabarla de adornar, la página web de la empresa en cuestión fue creada pocas horas antes y sus dueños son nada más y nada menos que hijos del propietario de Grupo Vidanta, Daniel Chávez, quien fue nombrado por el peje como "supervisor honorario" de la obra del Tren Maya, PLOP!
Quedaba claro el conflicto de intereses denunciado por la nota periodística, un contratista alojando a su hijo en una mansión, pero ahora el agravio es mayor pues resulta que otro contratista lo tiene en nómina. Es decir, en la defensa se hundió más.
Pero, como decía, en política nada es casualidad, este "control de daños" que parece embarrar más que limpiar, está logrando más polarización entre la sociedad, por un lado están quienes apoyan ciegamente al presidente, ellos se ofenden ante el ejercicio periodístico y reprueban toda crítica aunque se les presenten las pruebas, mientras que ante el linchamiento público del periodista está creciendo el enojo de un sector de la población que ya sabía que el peje es corrupto y ahora podría ver la farsa de la revocación (léase ratificación) como la oportunidad para "deshacerse" del funesto personaje.
¿Y eso qué tiene de malo?
Que bueno que lo pregunta usted, amable lector, si el suficiente número de personas participan en esta fraudulenta consulta pueden lograr (sin querer) que la misma sea válida y no importa cual sea el resultado, al haber participación el peje sale ganador pues no se va a ir pero sí podrá utilizarla posteriormente para perpetuarse en el poder, como lo hacen en las dictaduras venezolana, cubana, norcoreana, etc. Es una trampa.
Y eso es lo que yo veo, un intento bien orquestado para generar mayor encono y propiciar que los ciudadanos hartos de tanta corrupción y cinismo salgan a votar nuevamente con el estómago... y ya sabemos que fue precisamente eso lo que nos trajo hasta donde estamos.
No nos dejemos manipular otra vez, que el peje termine su sexenio, como dice la ley y se regrese a La Chingada (así se llama su rancho), que por cierto ahora es muy lujoso y cuyos alrededores han sido desarrollados estos últimos tres años al parecer a cuenta del erario y sin austeridad alguna, como diría él mismo, "ese rancho no lo tiene ni Obama".
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