Saturday, April 6, 2019

Pepe y Toño vs. la fábrica de pobreza


  • Parece que para el sistema el Pueblo es como un enorme y jugoso limón al que todavía se le puede exprimir más ¿cree que exagero?
Considere que a través de los impuestos se traspasa el dinero del pueblo a las cuentas bancarias de... bueno, no sabemos ni queremos saberlo, es dinero "etiquetado", que no podría ser utilizado con fines distintos a los que se supone está dirigido, programas sociales, medicinas, obras públicas, calles, hospitales.

¿Y entonces qué sucede? ¡"Mochilas"!

Licitaciones amañadas y obras de vergüenza como el Paso Exprés por mencionar solo una. Entonces no sabemos a dónde van realmente a parar los impuestos. Se estima que el gobierno de Duarte se embolsó tres pesos de cada diez del presupuesto, nunca lo sabremos en realidad, lo que sí sabemos es que el impuesto a la utilidad, es decir el impuesto a la renta, es equiparable al derecho de piso que cobra "el crimen organizado" (ese villano perfecto, invisible e invencible), o la cuota que el padrote cobra a "sus" prostitutas por protección. Es una especie de "te dejo operar aquí pero móchate".

"Es lo justo, hay que cooperar" dicen algunos, pero el empresariado ya estaba pagando derecho de piso en forma de otros varios impuestos.

Total que "Pepe y Toño" y todos los fieles cautivos acaban trabajando para el sistema, mientras más ganan, más porcentaje pagan de impuestos, por eso las empresas cambian de razón social con el tiempo, no les conviene crear antigüedad, si observamos los niveles de eficiencia de la política hacendaria, pareciera que el sistema está amañado, de hecho todo el sistema financiero funciona a la perfección si consideramos que está diseñado como una perfecta fábrica de pobreza.

Las elecciones que se vienen

Dato curioso, resulta que a la gente le da coraje pagar impuestos cuando no creen, saben, que se los van a robar. Ay, ¡qué cosas!, ¿no?, ¿quién diría, quién lo hubiera, siquiera, imaginado?

Estamos pues ante un circo mediático que prepara el cocimiento del caldo perfecto para que en las próximas elecciones presidenciales el gobierno del PRI ceda el paso a la pseudo mesiánica propuesta de AMLO, cosa que, el tiempo lo confirmará, no parece ser realmente la panacea, todos los gobiernos de izquierda, al igual que los de derecha,  han resultado hábiles especialistas en desaparecer dinero público de una u otra manera.

Las opciones presidenciales son... pobres, la aberración híbrida "Frente Ciudadano" (PAN-PRD-MC) muestra con esta desdibujada "unión" sus verdaderas intenciones, así como también lo hace la reciente renuncia en bandada de perredistas para sumarse a Morena, cierto es que párrafos atrás hablamos de la importancia de la unidad pero esto es ridículo, parecen mercenarios (nunca jamás prostitutas, con el debido respeto a las suripantas que ellas sí que trabajan y muy duro), listos para venderse al mejor postor. Y de los diputados que ahora son alcaldes, ni hablar, lealtad y compromiso son términos que probablemente en sus diccionarios de la primaria se señalaban como ambiguos.

De cualquier forma, no puede uno realmente culpar a nadie por perseguir sus sueños y aspiraciones, a menos claro que con sus actos perjudique a otros, entonces sí, ¿no?

Perdonar para avanzar

Para un individuo, dejar atrás el doloroso pasado, es lo más sano desde el punto de vista psicológico, perdonar es divino pues nos permite avanzar, ¿pero para una nación?

El Pueblo de México está dividido en sus opiniones en cuanto al desempeño de su gobierno, unos lo aplauden, otros lo critican.

En lo que casi todos coinciden, es que estamos, incluso sin reconocerlo, "dolidos" con la historia, en el fondo no hemos perdonado ni siquiera a los españoles por lo que hicieron con Tenochtitlán y nuestros ancestros... y eso tiene 500 años, ¿cómo vamos a perdonar algo que apenas va a cumplir 50? No, eso no podemos, ni queriendo.

Con infinita humildad y consciente de mi propia miopía, veo a México como fuera un paciente en el consultorio de un psicólogo tratando sus traumas, ha vivido eventos terribles, hay muertos y desaparecidos, hacen falta muchas sesiones de terapia.

Pero recordar vívidamente, una y otra vez, los dolorosos eventos del pasado lejos de corregirlos, lejos de evitar que se repitan, lejos de ayudarnos como sociedad, le ofrece a los jóvenes símbolos incompletos, historias fuera de contexto, banderas sobre las cuales volcar el descontento propio de la edad, el rebelde con causa que en realidad no conoce todavía el panorama completo pero odia al sistema con todo su corazón. Y el odio nunca jamás ha llevado a nadie a nada bueno.

Dicen que la única manera de hacerle justicia a los caídos en batalla es no claudicar, pero vivir en la eterna lucha no es una victoria en realidad. Olvidar, es un lujo que no podemos darnos, pero perdonar es gratis y tal vez deberíamos intentarlo para mirar al futuro y avanzar juntos, gobierno y sociedad civil, como lo que somos, el Gran Pueblo de México.

Escrito en SEPTIEMBRE de 2017 como parte de un artículo de opinión 


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