- Ayer domingo 05 de abril, el país entero esperaba el anuncio del jefe del ejecutivo sobre el plan de reactivación económica por la crisis actual, derivada de (pero no originada por) el COVID-19
La parálisis económica que ya veníamos sufriendo por el subjejercicio federal (se estiman 60 mil MDP que regresarán al ejecutivo e irán a parar al ramo 33, su caja chica, de uso discrecional) se ve agravada por el "quédate en casa", los negocios están cerrados y éstos emplean a ocho de cada diez de los trabajadores mexicanos.
El informe del presidente lejos de dar certeza y brindar calma a los empresarios fue un recuento de cifras que quienes tenemos memoria encontramos similares a los informes anuales de antaño del viejo sistema, cifras que marean, un listado de datos incorroborables que de ser tomados como si fueran verdad (como lo hacen sus fans) serían el reflejo de una realidad maravillosa, pero, asómese usted a su cartera, al balance de sus cuentas de banco ¿acaso ve usted esa "realidad maravillosa" reflejada ahí?
Sin ánimo de ofender ayer escuchamos una mentira tras otra, desde "se le depositaron por adelantado cuatro meses a los adultos mayores" (falso), hasta que la actual crisis es resultado de las políticas de Porfirio Díaz (hágame usted el favor, murió hace unos cien años), hasta las autocomparaciones con Simón Bolivar y Teodoro Roosevelt. "Vamos bien", repitió, como es su costumbre. Sin dejar pasar la oportunidad para culpar a "los conservadores" de querer hacerle mal e impedir su famosa "cuarta transformación".
INFORME / PLAN DE RE-ACTIVACIÓN ECONÓMICA, ANTE UN PATIO DE HONOR CASI VACÍO |
Señaló también que su gobierno se preparó para el coronavirus desde tres meses atrás (cuando nadie sabía nada, debe ser que ve el futuro) y entonces me pregunto ¿por qué es que no hay suficientes medicinas y equipo? ¿Se prepararon o no?
Aseguró además que se darán apoyos directos a los más necesitados a través de los programas de bienestar, programas que no tienen reglas de operación y cuyos padrones no son comprobables. También anunció que se suspenderán los aguinaldos a directores y subdirectores de su gobierno, los cuales, son un derecho laboral, no un gesto de generosidad, se pasa la Ley Federal del Trabajo por el arco del triunfo y sus fans le aplauden por violentar el estado de derecho. También dijo que habrá más austeridad, se cancelan los viáticos y gastos de operación y yo me pregunto, si se cancelan los gastos de operación... ¿cómo van a operar?
Aún si le concedemos el beneficio de la duda sabemos que el presidente acostumbra decir una cosa y hacer otra y al día siguiente decir exactamente lo contrario. Sin embargo, más allá del discurso una cosa es cierta, si no habrán apoyos fiscales para los empresarios, no habrá apoyo para quienes emplean a casi toda la planta laboral mexicana, entonces los negocios cerrarán para nunca volver a abrir.
Pero lo mejor de todo, la perla, la cereza en el pastel, el bonus extra, el pilón de pilones, fue el cierre, al terminar su discurso dijo tres veces viva México (lo cual está muy bien, se oye muy bonito) y acto seguido todos escuchamos en voz de la maestra de ceremonias "finaliza este evento con los honores al presidente de la república", inmediatamente se entonaron las estrofas del himno y luego el presidente saludó a la escolta con la bandera y se retiró.
No conozco los protocolos como debería, pero si la memoria no me falla, se le rinden honores A LA BANDERA, no al presidente y éste debe cuadrarse ante el lábaro patrio y esperar a que el símbolo de la unidad de nuestros padres y nuestros hermanos se retire, no al revés, lo que vimos anoche fue propio de un emperador, no del presidente de una democracia.
Al comenzar su sexenio dijo que aplicaría la austeridad republicana aunque llegáramos a la pobreza franciscana, ya casi estamos ahí. Así las cosas y ahora resulta que le rendimos honores al presidente, no a la bandera de México, legado de nuestros héroes.
Nota: Sí, "Presidente" debería escribirse con mayúscula pero... yo tengo otros datos.
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